Movimientos Singulares

 

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El misterio del Espacio

 

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Y del Tiempo

 

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Catamarca de todos

 

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Sentir la soledad, la fuerza del paisaje, el sonido del viento, el azul del cielo con su dibujo de nubes, en un camino que recorre la inmensidad: ESTREMECE.

El viaje hasta el paso San Francisco al oeste de la hermosa provincia de Catamarca es por sí, una aventura concreta y metafísica.

Iniciamos el recorrido desde Fiambalá y transitamos una ruta pavimentada en excelente estado.

Íbamos dejando atrás la poca vegetación que acompañaban las cadenas montañosas multicolores y en el avance los cerros se esparcían soltando la llanura imponente.

Éramos nosotros únicos espectadores de la magnificencia, sólo comparable con la de Antofagasta de la Sierra.

Resonaba el grito de la Puna en una presencia de historia y soledad, grabado en ese suelo sin parecidos, donde las sombras de las eras quedaban expuestas y reunían el aparente ayer con el ahora del momento.

El mensaje de la Madre Tierra, la Pacha Mama, se oía desde el eco del tiempo, allí en la plenitud de la inmensidad, la presencia del Dios Eterno, dibujaba su figura y manifestaba su existencia. El todo, entre la Tierra y el Cielo, entre el color de las alturas y las piedras esparcidas como pensamientos lejanos.

Las energías invisibles surcaban el espacio y daban mensajes que en la evocación ahora percibo.

En mi interior buscaba un encuentro con seres de otra dimensión que explicaran el porqué de las causas y los efectos, qué era la vida y la muerte, de dónde veníamos y hacia donde íbamos. Por qué tantos mensajes cifrados a través de las fotografías y tantas paradojas coincidentes.

Y todo va aflorando cada vez que me transporto y veo lo inconmensurable y me transformo en el mismo paisaje y encuentro su fuerza que recorre mi espíritu porque siento su espíritu. Es el comienzo de saber sin palabras, sin intelectualizar, sin razonar; incorporar el conocimiento supremo y abrir las compuertas para la transformación interior.

Tengo que aprender a decodificar y que no se mezclen los innumerables pensamientos que llegan a mi mente. Digo esto ya que los pensamientos a que me refiero son externos y sé que soy un receptor.

La humanidad puede centrarse en un solo lugar y desde esa convergencia iniciar las modificaciones necesarias. Todas las mentes de los hombres, concentradas en un punto, estén donde estén y abiertos al mensaje inmanente de la Consciencia Cósmica, pueden lograr las modificaciones internas, en pos de las modificaciones trascendentes que debemos llevar a cabo. Fluir y canalizar la Verdad que llegará con la sola apertura del espíritu, eliminando las resistencias, los prejuicios, fanatismos. Percibir la voz interior que llega del espacio y que alejará la confusión y los miedos modificando conductas de poderosos y malvados.

Esto es irreversible, la Consciencia Cósmica que circunda el Planeta genera los rayos de luz necesarios para encender las conciencias dormidas de los hombres. El gran sufrimiento que se ha incrementado en los últimos tiempos es una ayuda para el despertar. Ahora debe realizarse la conexión voluntaria y consciente en esta etapa, para poder dar el salto cuántico y que el hombre alcance la condición de Ser.

Recordar algún lugar o un momento feliz y tenerlo presente en forma cotidiana ayudará en la conexión.

Debemos saber que somos todos juntos una masa, ahora disgregada y carentes de las verdades Universales. La gran confusión impera en las mentes y nos obliga a una acción descontrolada.

La Madre Tierra busca advertir con los terremotos, deshielos, huracanes, sequías, erupciones, inundaciones, tifones, cambios de clima, reducción de la capa de ozono, que el rumbo es equivocado.

Miremos un espejo, veamos nuestros ojos y lo que somos, veamos desde el espejo.

Todo esto es como tomar una medicina, el efecto se verá en el día después, pero sin impaciencias.

Cada uno recibirá la porción de verdad que podrá asimilar, esta vendrá desde el Cosmos.

Al transitar en la luz sabremos de los otros porque sabremos de nosotros.

Veremos otras realidades y las comprenderemos.

Podremos transitar por las montañas y seremos el viento, la energía, la paz de la soledad y uno en todos.

Este es el gran momento para Ser.

Vislumbremos nuestra ascensión, elevemos el espíritu hacia la plenitud y seamos el paisaje, el Planeta, el Sol y el Universo Todo, buscando la fusión con la eternidad.

Evitemos los condicionamientos: La hormiga lleva la carga al hormiguero, la abeja vuelve al panal, las golondrinas emigran en ciclos precisos, el hornero construye su nido de barro y paja, en primavera reverdecen los árboles y el otoño desparrama hojas de historias temporales. El hombre puede evitar el refluir de la marea interna, dejar de repetir los ciclos circulares en que transcurre su existencia, escapar de esa condena y aprovechar la fuerza centrífuga provocada por la constante reiteración de hechos individuales y masivos, buscando la puerta virtual dentro del remolino de la vida. La historia de las sociedades y gobiernos de hoy son las mismas de hace treinta, cincuenta, cien, mil ó cinco mil años. Los unos intentan dominar a los otros, los de arriba a los de abajo, los ricos a los pobres, los fuertes a los débiles en una lucha que visto desde las alturas debe parecer muy desgraciada y tragicómica.

Si algún gobernante, político, militar, religioso, acaudalado o cualquiera que detente una porción de poder pudiera encontrarse con su espíritu, penetraría en un estado de horror y desolación. Horror por no haber contribuido al esclarecimiento de las mentes y desolación por creer que se halla solo y está loco. Y la primera manifestación de anquilosamiento, es adaptarse a los sistemas generados por los estamentos sociales para el condicionamiento, más allá de los dictados por la naturaleza, como a la hormiga o a la abeja.

Demasiado es lo escrito, demasiadas las palabras que aumentan la confusión y la ignorancia y encauzan a las mentes en formas determinadas de pensamiento y de acción. Pero existe la salida, la esperanza concreta y transcurrimos por el tiempo en que se debe encontrar el portal que conduzca a la liberación interior.

Somos un cuerpo de energía eléctrica y química, dentro circulan milivoltios y la mayoría de los minerales y metales como el calcio, potasio, hierro o zinc, el ADN mantiene la información y la codificación genética, los aminoácidos, las proteínas, las vitaminas, las hormonas distribuyen entre los órganos y el sistema nervioso la alimentación y el humor. El gran vehículo, la sangre es el elemento vital que lleva el oxígeno y alimento a todos los rincones del cuerpo en un circuito cerrado, que al regreso transporta los desechos para ser eliminados.

Todo esto esta fuera de nuestra conciencia, el cuerpo se regenera completamente en seis u ocho meses y ocurre sin ningún tipo de percepción. Si se comenzara a pensar en la actividad que se produce en nuestro organismo, estaríamos más cerca de él. No sólo pensar cuando se produce algún dolor o enfermedad, que son llamadas de atención para advertir que el sistema emocional se halla alterado, sino tenerlo presente permanentemente desde nuestra conciencia y manejar algunas funciones desde allí.

Cuando se llega a un lugar muy particular, en este caso el camino al Paso San Francisco, y la Argentina tiene muchos, se debe dejar de pensar y sólo imbuirse en el paisaje, recibir la energía que emana y dependiendo de cada sensibilidad en ese momento o posteriormente se recibirá un esclarecimiento entre mente y espíritu.

Quizás sea para muchos el comienzo de la comprensión de otra realidad y el comprender lo aparente de ésta en la cual estamos.

No existe una técnica ni un ejercicio, sólo se podría sugerir:

Tener la necesidad de incrementar la comprensión.

Dejar fluir el espíritu y el alma.

Aquietar la mente.

Sentir el aire y el viento.

Alcanzar un estado de conciencia profunda para percibir desde lo externo lo que suceda internamente, procurar la despersonalización

Copiar el momento sin ningún tipo de emoción.

Descubrir el grado de receptividad y sensibilidad procurando incrementarlo.

Buscar la fascinación en la percepción del Cielo y la Tierra visualizando la figura y la sombra de lo que se Es.

Vislumbrar la posibilidad de encontrar un portal energético.

Saber que existen innumerables líneas de fuerza, rayos cósmicos y partículas de alta energía que emanan de la Tierra y que llegan del espacio exterior en el mismo momento.

Saber que en ese estado se puede incrementar la vibración corporal y espiritual.

Preguntar ¿Qué somos? ¿De donde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Qué es el Universo?

 

 

Pedro F. Callegari

 

 

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